PEQUEÑOS MOMENTOS

FB_IMG_1423582497415Alguna vez te has detenido a pensar en qué es lo que realmente te hace feliz.

Seguro que muchos responden que se trata de una pregunta muy difícil,  que nunca se habían parado a pensar sobre ello.  Otros, responderán que la felicidad está en tener, en poseer cosas: una casa, un coche, dinero, pareja,  ropa…

Los primeros, no tienen claro dónde se encuentra su felicidad, no se lo han planteado. Y yo me pregunto, si no sabes a dónde quieres llegar, ¿Cómo elegirás el camimo? ¿Cómo sabrás si has llegado? No te darás cuenta!!! Y seguirás buscando y buscando sin llegar a tu destino. Además, este estado constante de búsqueda te dejará una sensación de frustración y de agotamiento que acabará haciendo mella en tí.

Los segundos, ponen el énfasis en las posesiones: para ser feliz hay que tener y tener más. Cuando uno deposita su felicidad en las cosas, entiende que en su ausencia la felicidad es imposible. Además, a mi entender, es una postura muy peligrosa ya que muchas veces son otros (la sociedad, la publicidad, los medios de comunicación,…)  los que nos dicen lo que necesitamos para ser felices: belleza, juventud, un móvil, un coche, vacaciones en el sitio de moda, perfume, incluso productos de limpieza que harán nuestra vida más fácil y plena.

Cientos de voces nos dicen constantemente lo que necesitamos para ser felices, pero ¿es eso verdad? Lo que es muy probable que ocurra es que nos sintamos insatisfechos porque siempre habrá algo novedoso que nos falte y sin lo que no podremos ser felices  (o eso quieren que creamos).

Me falta una tercera opción, los que me conocéis ya sabéis cómo me gustan las terceras opciones (ya hablaré de eso otro día). Generalmente las terceras opciones son las que hacen que pasemos de tener un dilema (o contigo o sin ti) a tener alternativas, de modo que podremos elegir.  En este caso, elegir qué nos hace felices.  Si lo piensas suelen ser cosas muy simples, carentes de valor económico, fáciles de encontrar y de disfrutar. Son tan simples, están tan a mano, que no reparamos en ellaa.

Cuando pensamos en lo que nos gusta hacer o en los momentos en los que nos hemos sentido realmente bien, suelen ir ligados a comprartir momentos con nuestros seres queridos, o a detenernos a ver un paisaje o a cenar unos huevos fritos con patatas (¡qué carai!).

Por supuesto que hay grandes momentos, de inmensa felicidad, pero no podemos vivir sólo de ellos. Porque aunque son fantásticos,  también son ocasionales. Son como los banquetes: a la mayoría nos encantan, pero no podemos vivir únicamente con ellos. Hay que disfrutar comiendo cada día y cuando llegue el banquete… mejor que mejor!!!

Cada uno tiene que buscar su fórmula, pararse a pensar en qué es lo que le gusta, en qué es lo que le hace sentir bien. Y pensar si puede conseguirlo por sí mismo y A DIARIO. ¿O es que sólo quieres ser feliz los fines de semana o durante las vacaciones?

Te invito a que lo reflexiones y si quieres nos compartas tu fórmula.

Ya verás cómo es mucho más lo que tienes que lo que te falta!!!!